Oh glorioso San Jerónimo Emiliani, padre de los huérfanos y consuelo de la juventud desamparada, tú que supiste reconocer el rostro de Cristo en el sufrimiento de los más pequeños, enséñanos a amar sin límites y a servir con entrega.
Tú que, transformado por la gracia divina, dejaste las glorias del mundo por la noble causa de la caridad, intercede por nosotros ante el Señor, para que nuestras manos sean refugio, nuestro corazón abrigo, y nuestra vida testimonio de esperanza.
Protege a los niños sin hogar, a los jóvenes perdidos en el abandono, y guía a quienes los cuidan con ternura y fe.
San Jerónimo Emiliani, modelo de misericordia, haz que florezca en el mundo el amor de Cristo, para que nadie se sienta olvidado, y todos descubran su dignidad de hijos de Dios. Amén.
San Jerónimo Emiliani, ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo
María Madre de los huérfanos, ruega por nosotros y por todos los huérfanos del mundo